EL MOSAICO ROMANO

|

Aunque su origen fue asiático, la cuna del mosaico hay que situarla en Grecia, logrando su mayor difusión y perfeccionamiento en el mundo Romano. Se utilizó tanto como decoración para suelos como para cubrir paredes y techos. Los mosaicos pavimentales son de dos tipos: el llamado "opus sectile", formado por grandes piezas de caliza, mármol u otra clase de piedra, dándoles formas geométricas de rombos, cuadrados, círculos... 
Por otro lado, el conocido con el nombre de "opus tessellatum", el formado por pequeñas piezas llamadas tessellas. En general, la tendencia de estas obras fue la de adaptar el tema del mosaico al destino de la estancia. Así, en las termas se representaban peces, escenas fluviales; en el vestíbulo de la casa el perro guardián; en el triclinio (comedor), motivos relacionados con el banquete. Seis eran los profesionales que realizaban estas obras de arte. El llamado "pictor imaginarius", era el artista que se encargaba de diseñar el dibujo; lo que hoy en día denominamos el boceto. Además de dirigir el trabajo, realizaba las partes más complicadas de la obra. Su salario era de 175 sestercios. La persona que pasaba el "boceto" al suelo era el "pictor parietarius", cobrando 75 sestercios diarios. El "musivarius", recibía 60 sestercios y su función era la de poner las teselas en el pavimento. Las faenas de albañilería corrían a cargo del "lapidarius structor", percibiendo 50 sestercios. El técnico que preparaba la mezcla o mortero era el "calcis coctor", con un salario de 50 sestercios. Finalmente, el "tessellarius", que cortaba el material preparando las teselas, tenía el mismo sueldo que éste último. Los materiales utilizados eran piedras calizas, barro cocido, vidrio o mármol. Los mosaicos del Museo Nacional de Arte Romano, tratan de la Mitología, las carreras de carros, figuras geométricas...

En la fotografía anterior, podemos apreciar un mosaico geométrico. Sus artistas le dieron un efecto óptico. Si miramos fijamente el centro de éste, nos da la sensación de movimiento. Pruébalo y veras. Los artistas Romanos se sentían orgullosos de sus obras, y una vez terminaba la obra la firmaban. Tenemos varios ejemplos en el Museo. 


En su origen, hubo una inscripción donde se leería: C (olonia) A (ugusta) E (merita) F (ecerunt) SELEVCVS ET ANTHVS. Partiendo desde el suelo natural, la preparación para colocar un mosaico, según el célebre arquitecto Vitrubio sería: primeramente se colocaría una capa de piedras. Sobre esta, va un mortero de arena, cal y ladrillo fragmentado. Encima, se extiende otra capa formada por 3 partes de grano de ladrillo cocido y una de cal. Sobre esta, otra capa de cal, arena y ladrillo fragmentado. Finalmente, una lechada de cal. Después, se colocaría el mosaico propiamente dicho.

0 comentarios:

 

©2009 MERIDA ROMANA | Template Blue by TNB